Si has intentado bajar de peso rápido, pero terminas sintiéndote como un yo-yo (subiendo y bajando de peso), además de estar atrapada en un ciclo interminable de dietas de moda, estás en el post correcto.
Para llegar a tu meta, debes cambiar tu enfoque. Y es que la pérdida de peso es un viaje continuo que requiere que comiences, poco a poco, con cambios de hábitos alimenticios y otras prácticas saludables.
Sigue leyendo porque vamos a explicártelo todo.
Cuando se trata de bajar de peso, todos quieren una solución flash en un breve período de tiempo, que les ofrezca resultados drásticos.
La forma más común es hacer mucho ejercicio y seguir una "dieta estricta" con menos de 800 calorías por día, que también suelen ser muy baja en nutrientes.
Cuando bajas de peso rápido mediante un ayuno mal aplicado o una restricción calórica severa, no solo pierdes grasa, sino la masa muscular que es tan importante para impulsar tu metabolismo.
Con este proceso te estás preparando para deficiencias nutricionales, flacidez y efecto rebote continuo. También, hay riesgos de cálculos biliares y disminución del metabolismo.
Perder unos kilos es solo la mitad de la batalla; el verdadero desafío es mantenerlos alejados para siempre. Pues hacerlo rápido es el peor camino a seguir porque puede sabotear tus objetivos y dañar tu salud.
Los datos reflejan que seguir una dieta estricta y rápida puede hacerte recuperar 50% del peso perdido antes de un año. Peor aún, puedes recuperarlo todo después de 3 a 5 años.
Por eso, se sugiere perder peso a un ritmo lento, pero constante, así tienes más probabilidades de no recuperarlo a largo plazo por varias razones:
Perder de 1 a 2 libras (0,45 a 0,9 kg) por semana es un ritmo saludable y seguro. Más de eso se considera demasiado rápido.
Sin embargo, si recién estás comenzando una dieta o un plan de ejercicios, podrías perder más de 2 libras (0,9 kg) en tu primera semana. Al inicio, la pérdida de peso rápida es normal.
El peso que pierdes durante este tiempo se denomina peso del agua.
Y es que cuando consumes menos calorías de las que tu cuerpo quema, tu cuerpo comienza a consumirse las reservas de energía, conocidas como glucógeno. El glucógeno en el cuerpo está ligado al agua, por lo que cuando quemas glucógeno el cuerpo también libera agua.
Esta es la razón por la que puedes experimentar una gran caída de peso durante la primera semana. Una vez que tu cuerpo agota sus reservas de glucógeno, tu pérdida de peso debería estabilizarse en 1 a 2 libras (0,45 a 0,9 kg) por semana.
La pérdida de peso puede ser difícil, pero los pequeños cambios en el estilo de vida que puedas seguir te ayudarán a tener éxito.
Y si quieres hacer realidad tu sueño de bajar de peso a un ritmo saludable y no recuperarlo, también puedes apoyarte en suplementos dietéticos.
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Recuerda que no hay soluciones rápidas cuando se trata de perder peso.
La mejor manera de lograrlo y mantenerlo a largo plazo es seguir una dieta nutritiva y balanceada, hacer ejercicios y dormir bien.
